Muchos personas creen que la ansiedad o depresión es un simple estado de ánimo que se puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Los que padecemos este TRASTORNO no se quita al dormir.

Para una persona con ansiedad o depresión la vida llega a ser difícil, dolorosa y muy larga. No es una elección, es una enfermedad. No podemos simplemente sonreír y tomar café como si nada pasara.

La ansiedad no se puede apagar.

Es arrogante creer que nosotros fingimos por atención.Quien padece esto, algunos días se sienten libre de ello, sentimos que estamos recuperados; pero de pronto, el temor llega una vez más, la ansiedad reaparece en los rincones más oscuros de sus mentes. Justo cuando te empiezas a sentir cómodo, vuelves a caer, te sacude la vida.

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Las personas con ansiedad no pueden elegir ser felices, no tienen un botón de pausa ni apagado en el cerebro. Si tu le dices a alguien con este trastorno que solo necesita relajarse, minimizamos la enfermedad. Como si no fuera real, como si no les afectara; como si no fuera algo por lo que deberían estar preocupados.

Cuando alguien tiene una fractura en la pierna le decimos que camine y ya.¿Le dirías a alguien con esclerosis múltiple que ignore el dolor crónico y se relaje?¿NO, VERDAD? Deja de ver la ansiedad como si no fuera nada. Es una enfermedad que puede quebrar el alma de las personas. La salud mental es tan importante como la salud física.

Nunca sabrías la sensación real que los envuelve a menos que pases por lo mismo. Solo queda ser comprensible y muy respetuoso. Tampoco estás obligado a estar con una persona que tenga ansiedad o depresión, y si no lo deseas, deja de empeorar su situación con frases vacías y sin sentido. ¡ALÉJATE!

Tienes la fortuna de no experimentar esas emociones exhaustas, pánico o miedo. Así que, antes de juzgar a los que viven esa situación, recuerda que la ansiedad es una enfermedad mental. Una enfermedad después de todo. No es una etapa, es un trastorno.